Quiero darte un abrazo.
Mirar de nuevo tus ojos.
Escuchar tu voz y esa graciosa y confusa manera de hablar.
Sentirme enana a tu lado.
Ser chiquitita.
Casi meto la pata ayer... por 3! 3 mensajes que mi teléfono me salvo de enviar; por suerte.
Las cosas pasan por algo, pasan porque tienen que pasar, pasan porque es inevitable que sucedan.
Era inevitable que mi teléfono se descargara justo cuando me decidí a enviar esos mensajes; y que no encontrara el botón de "Enviar" en el teléfono de mi amiga luego de escribir un mensaje que ya ni recuerdo, por suerte, porque me pondría mal recordar lo sincera y directa que fui al escribirlo y las palabras que habían ahí.
¿Quien eres?, ¿Que nos paso?, Perdón.
Mis tres mensajes, tres personas diferentes, mis tres personas; salvada.
Prefiero seguir viviendo de esta manera, tranquila, en el desconocimiento, en la "neblina" por así llamarlo; como un nubloso recuerdo del amanecer entre las montañas, a escasos grados de temperatura, donde no puedes ver mas allá de dos metros a causa de la blanca y espesa neblina que te carcome hasta los huesos.
Tres personas grandes, una chiquitita; cuando eres pequeño, lo mejor es alejarte de la gente que es demasiado grande; alejarte hasta que crezcas mas que los grandes y poderte parar a su lado sin ser un despreciable, molesto y ruidoso mosquito.
Sigue creciendo, no te detengas; mas, mas, mas; mucho mas.
Pero mantén tu alma de niño; sueña como un niño pero vive como un adulto.
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