Hoy, en el restaurante en el cual trabajo como mesera, tuve que atender a un chico; él estaba sentado solo en la mesa, pero era la persona que mas sonreía en el lugar.
Me pidió un Coffe Split, es un licuado de café, arequipe (dulce de leche), leche y banano, decorado con crema y pedazos de chocolate. Una bomba dulce.
Saco su computadora, me pidió la contraseña del internet, y note como comenzó a mover sus pies con claras ansias; dos minutos despues su rostro se ilumino con una felicidad que hace mucho no veía en nadie mas. Los ojos se le perdían entre los pómulos, los cuales se tornaron rojizos en un instante; sus pies se detuvieron y su mirada se planto en el centro de la pantalla de su computadora.
Claramente, la curiosidad me domino, y, lo mas naturalmente posible, crucé tras él, echando un vistazo a aquella pantalla. Como era de esperarse, había alguien reflejado del otro lado; era una bella chica. Lo supuse y luego lo comprobé; era su novia. Pues pocos instantes después, este tierno chico, le estaba lanzando besos a la computadora sin importarle que el restaurante estuviese lleno y todos al rededor mirándolo. Él estaba en su diminuto universo con su amada.
A todo esto, su sonrisa de enamorado se me contagio con una de ternura; cada que lo miraba o el me pedía algo, la ternura me dominaba y no podía parar de sonreír.
Me arrepiento de no haberle dicho "Gracias", por demostrarme que los hombres así aún existen; por darme esa pequeña esperanza extra; por hacerme preguntar si aún tengo yo esa esperanza, esa posibilidad, esa oportunidad de cumplir este sueño; un sueño de sufrimiento, pero que espero que tenga un buen final; pues sé que él está sufriendo por estar cerca de su amada, y supongo ella también por estar lejos de él, pero se siguen amando y se que van a estar juntos de nuevo en algún momentos.
¿Que estas haciendo ahora?, ¿cuando podremos hablar así nosotros dos?; no me importa que estemos a miles de kilómetros de física distancia, yo sigo muriendo por amarte.
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